Las 10 mejores esculturas de Villa Borghese

Este oasis de tranquilidad, en pleno corazón de Roma, alberga algunas de las mejores estatuas de todos los tiempos. Te dejo una lista de las más espectaculares.

Nuria Rozas

Nuria Rozas

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Las 10 mejores esculturas de Villa Borghese

Villa Borghese | ©Kostandin Minga

En los Jardines de Villa Borghese, en Roma, podrás dar un paseo en barca por el lago; admirar las obras maestras de Caravaggio, Rafael y Rubens, entre otros, y contemplar espléndidas esculturas que te dejarán maravillado, entre ellas la Venus Victrix dedicada a Paulina Bonaparte, la hermana de Napoleón.

A lo largo y ancho de la galería de arte y de estos jardines de estilo inglés, que rezuman romanticismo por los cuatro costados, te encontrarás majestuosas esculturas presidiendo cada uno de sus rincones. Te dejo una lista de las 10 mejores estatuas para que no te pierdas ninguna. ¡Vamos al lío!

1. Apolo y Dafne de Bernini, el artista querido por los Papas

Apolo y Dafne de Bernini | ©Ángela Varela Neila
Apolo y Dafne de Bernini | ©Ángela Varela Neila

¿Te imaginas que las rocas cobrasen vida? Si no crees en los milagros, contempla en la Galería Borghese la obra de Apolo y Dafne, tallada por el escultor y arquitecto napolitano Gian Lorenzo Bernini, el artista favorito de los Papas en Italia y, según los expertos, el último gran genio creativo de Roma.

¿Cuánto tiempo le llevó a Bernini terminar la obra?

Para conseguir este resultado, se tiró…¡tres años moldeándola con sus propias manos! La terminó en 1625 con mucho mimo. En la escultura de Apolo y Dafne, Bernini convirtió la poética del mito ‘La metamorfosis de Ovidio’ en una sola imagen de mármol.

La presencia de este maestro del barroco en las fuentes de Roma, en las iglesias de Roma y en sus museos es uno de los símbolos distintivos de la Ciudad Eterna.

¿Qué significa esta escultura?

La obra representa a un joven Apolo, que loco de amor pasional persigue a la ninfa Dafne que huye angustiada, la cual comienza a transformarse en un bello árbol de laurel ante la mirada atónita de su acosador. Te sugiero que al observar la escultura, te des una vuelta alrededor de ella porque cambia mucho la perspectiva dependiendo del sitio. ¡Las manos de Dafne convertidas en ramas de laurel te dejarán con la boca abierta!

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2. El rapto de Proserpina, su obra más dramática

Escultura El rapto de Proserpina | ©Ana Rey
Escultura El rapto de Proserpina | ©Ana Rey

Si continuamos con nuestra ruta escultórica por las obras de Bernini, nos toparemos con ‘El rapto de Proserpina’, un conjunto artístico que representa el trágico rapto de Plutón, dios ​​del inframundo, a Proserpina, hija de Júpiter y Ceres. ¿Lo que más me impresionó? En la escultura que da sensación de dramatismo los personajes parecen de carne y hueso.

Aunque Bernini era muy joven, tenía tan solo tenía 23 añitos cuando la moldeó, se ha convertido en una de sus piezas más famosas y en todo un icono del arte. Se enmarca
dentro del movimiento barroco, que se caracteriza por una estética recargada y exagerada, casi teatral.

¿Cuánto mide la escultura?

Con una estatura similar a la de un jugador de baloncesto (2.25 metros), la pieza está tallada en mármol de Carrara, considerado como el mármol más prestigioso del mundo por su blancura y su fino aspecto harinoso, ideal para simular la piel. Este material procede de la Toscana y fue usado históricamente por los antiguos constructores romanos y, más recientemente, por los artistas renacentistas.

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3. El ‘David’ más humano de Bernini

David de Bernini | ©Andy Montgomery
David de Bernini | ©Andy Montgomery

Otra de las maravillas de Bernini que puedes contemplar en la Galería Borghese es la escultura de la última representación de David, una figura que había sido abordada en los dos siglos anteriores por los grandes del arte como Donatello y Miguel Ángel.

En concreto, la pieza representa al futuro rey David, uno de los personajes del Antiguo Testamento, el cual es capaz de derrotar al gigante Goliat lanzando una piedra y con mucho esfuerzo. Por primera vez, lo presenta como un hombre, con sus virtudes y sus defectos, más que como un héroe victorioso.

Bernini, un adelantado a su tiempo

Bernini, además de un niño prodigio capaz de crear esculturas a gran escala desde bien chiquillo, fue un pionero en su época e introdujo con esta escultura el tema del deporte y de los jóvenes atletas griegos. Y un mensaje muy claro: con sacrificio y con lucha cualquier cosa que te propongas la puedes conseguir.

¿Sabías que…?

La escultura de David está sin terminar por detrás. No es que Bernini fuera un vago y la dejara a medias, pero estaba pensada para colocarse colgada a una pared y que se viera solo de frente.

4. La espléndida Venus Victrix

Venus Victrix | ©pom-angers
Venus Victrix | ©pom-angers

De sobra conocemos las hazañas de Napoléon Bonaparte, una de las figuras más importantes de la historia de Europa. ¿Pero quién era su hermana Paulina? Si quieres ponerle cara, sigue tu recorrido por la Galería Borghese, que exhibe a la joven Paulina Bonaparte convertida en una radiante diosa Venus a través de un retrato mitologizado, y que a mí me recuerda al cuadro de ‘La maja desnuda’, de Goya, pero en versión escultura.

¿Qué tiene de especial esta obra? Lo sorprendende de esta pieza es que para conseguirla, Paulina Bonaparte posó como dios la trajo al mundo para la obra maestra del escultor neoclásico italiano Antonio Canova.

La escultura llegó al jardín en 1838 y, según cuenta la leyenda, levantó tal revuelo, que había colas por la noche para ver la estatua de la muchacha desnuda, una de las mujeres más bella y moderna de su tiempo.

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5. El hermafrodito durmiente del siglo II

Hermafrodito durmiente | ©Rodney
Hermafrodito durmiente | ©Rodney

Si pensabas que después de la hermosa Venus inspirada en la hermana de Bonaparte, lo habías visto todo, estás muy equivocado. En la Galería Borghese contemplaremos a otra diosa espectacular, que se encuentra recostada completamente desnuda y que guarda una sorpresa… ¡Tiene pene! Así como lo lees.

Se trata del Hermafrodito durmiente, una escultura que data del siglo II y que fue hallada en Roma en 1609. El flamante artista Bernini transformó en 1620 el soporte original de mármol en un colchón sobre el que descansa plácidamente la figura. ¡Es tan real que dan ganas de tumbarse en él!

No obstante, te tengo que dar una pequeña mala noticia: la escultura que se encuentra en la Galería Borghese es la copia de la que te he explicado. Es una obra realizada también en el siglo II y restaurada por Andrea Bergondi en el XIII, quien imitó el modelo de Bernini creando también un colchón. ¡Hay casi 20 versiones de esta obra maestra por todo el mundo!

Contempla los espectaculares techos de la sala

Después de admirar la escultura, echa la vista hacia arriba (como la canción) y contempla las maravillosas pinturas del techo, que representan el mito de Hermafrodita, el hijo de Hermes y Afrodita. Según el relato poético de Ovidio en su ‘Metamorfosis’, el doble sexo del joven (hombre y mujer) estaba determinada por su unión forzada con la ninfa Salmacis.

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6. Busto del cardenal Scipione Borghese

Busto del cardenal Scipione Borghese | ©Sailko
Busto del cardenal Scipione Borghese | ©Sailko

En Villa Borghese que, por cierto, tiene forma de corazón, encontrarás magníficas fuentes, estanques y puentes. Pero, ¿quién es el creador de esta maravilla? El cardenal Scipione Borghese, un sobrino y secretario del papa Pablo V, que se convirtió en mecenas artístico gracias a su enorme fortuna.

Además de ser el fundador de estos bellos jardines, fue el descubridor de Bernini, al que le encargó las esculturas que he comentado. Entre ellas, una muy especial: su propio busto. Es muy particular porque, a diferencia de otras piezas, esta escultura parece que está hablando. ¡Presta atención a su boca!

Perfeccionista hasta la médula

Cuando tenía 56 años, el cardenal Scipione Borghese encargó su busto al joven Bernini, al que consideraba un nuevo Miguel Ángel. Filippo Baldinucci (1682) cuenta que, una vez terminada la obra, el escultor notó que una falla en el bloque de granito había provocado una grieta que aún es visible en la cabeza del cardenal. Para solucionarlo, el artista hizo una copia del busto en quince noches. Una anécdota que ilustra el virtuosismo y las grandes dotes de Bernini.

7. La estatua de Goethe, el Shakespeare alemán

Estatua de Goethe | ©Frank P
Estatua de Goethe | ©Frank P

Si eres un amante de la Roma más romántica empedernido, te sugiero que explores con detenimiento los jardines de Villa Borghese porque está salpicado de algunos de los tesoros escondidos que puedes encontrar en Roma. Entre ellos, el monumento (en mármol de Carrara) dedicado al novelista, dramaturgo y poeta Johann Wolfgang von Goethe, una de las figuras más relevantes de la literatura moderna.

El primer escritor de los Jardines

Esta escultura es muy simbólica porque fue la primera que se instaló en el parque para homenajear a un escritor que, en este caso, tenía una gran unión con la ciudad. La Ciudad Eterna enamoró al poeta, a la que dedicó unas bonitas palabras: «comparando mi estado de ánimo cuando estaba en Roma, nunca he sido más feliz desde entonces». ¿Te sientes identificado?

El monumento de Goethe que mide, nada más y nada menos que 8 metros, fue un regalo a Italia del emperador Guillermo II de Alemania. En concreto, fue moldeada en Berlín en el estudio de Valentino Casali y fue instalada en los jardines en 1904, en presencia del rey Vittorio Emanuele III.

8. La estatua del aventurero y excéntrico Lord Byron

Estatua de Lord  | ©Sonse
Estatua de Lord | ©Sonse

Si a Audrey Hepburn le bastaron 24 horas para caer rendida a los pies de la Ciudad Eterna y, por supuesto, de sus helados artesanales; al poeta inglés Lord Byron le hicieron falta unos pocos más, 22 días, que son los que vivió en la Plaza España de Roma. Suficientes para quedar embelesado.

La estatua de Lord Byron en Villa Borghese se erigió en 1959. Se trata de una copia de la escultura realizada en Roma, que fue encargada por el propio escritor en 1831 a Bertel Thorwaldsen, y que actualmente reposa en la biblioteca del Trinity College de Cambridge, en Reino Unido.

Una escultura a petición y demasiado alegre

Fue el propio Lord Byron, el que ni corto ni perezoso, durante su estancia en la capital italiana se plantó en el taller del escultor Thorvaldsen enfundado en una capa para hacerse un busto a medida.

Para ello, el escritor tomó la pose de los personajes heroicos de sus novelas, a lo que el artista le espetó: «¿no preferiría sentarse más cómodamente? No es necesario que adopte esa expresión. -Es mía- respondió el poeta.» Finalmente, al finalizar el torso, el literato se decepcionó: «No se parece a mí. Tengo el aire más infeliz ».

9. La Verità, de Gian Lorenzo Bernini

Estatua la Verità | ©Ana Rey
Estatua la Verità | ©Ana Rey

Bernini es el gran escultor de la Galería Borghese y, además de las cuatro obras maestras que te mencionado, deberías detenerte ante otras como La Verità o el busto del Papa Pablo V. ¿Por qué es tan importante la pieza de La Verità?

Porque fue creada en un período muy difícil de su carrera, que terminó con la demolición de uno de los campanarios que diseñó para la basílica de San Pedro . La escultura de La Verdad está representada como una niña sonriente y desnuda, sentada sobre una roca, que sostiene el sol en su mano derecha y apoya su pierna izquierda en el globo terráqueo.

La obra forma parte de un grupo escultórico que representaría la alegoría
de la verdad revelada por el tiempo, que nunca llegó a terminar. A la muerte del
artista, los herederos vendieron la gran escultura de mármol.

10. Fuente de los Caballos Marinos

Fuente de los caballos marinos en Villa Borghese | ©Cidadania en Italia
Fuente de los caballos marinos en Villa Borghese | ©Cidadania en Italia

Alguna de las esculturas más espléndidas de Villa Borghese se encuentran instaladas en las fuentes esparcidas por los jardines. En concreto, en el centro de una pequeña plaza donde se cruzan cuatro avenidas llenas de árboles se sitúa la fuente de los Caballos
Marinos, una de mis favoritas por su elegancia y originalidad. ¡Te recomiendo que la busques!

La fuente se construyó entre 1790 y 1791 para sustituir a la fuente anterior, la Fontana del Mascherone, destruida durante las obras de transformación del parque. En el interior de la obra, podrás contemplar una escultura compuesta por cuatro caballos de mar que sostienen la fuente con sus cabezas y cuyos cuerpos tienen forma de pez. ¡Impresionante!

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