Louvre de París con niños
Conoce algunos consejos antes de ir al museo del Louvre con niños ¡Seguro que te servirán!

Museo del Louvre, Paris, Francia | ©Shvets Anna
El Louvre en París es uno de losmuseos de arte más grandes del mundo, tan grande que sería imposible ver las 380,000 piezas que el museo exhibe en un solo día. Ahora bien, ir con niños es una aventura totalmente diferente , pues cuando aparecen los primeros síntomas de aburrimiento por su parte, todo podrá cambiar.
Por ello conocer algunos tips y consejos te podrán servir de utilidad para que tu visita con niños siga siendo igual de interesante. Por cierto, si consultas los precios del museo del Louvre, la primera buena noticia es que los niños entran gratis.
1. Con niños es mejor una visita guiada

Si bien es cierto que una visita guiada al Louvre es una ventaja para cualquiera que desea visitar el museo, si vas con niños es aún más interesante. Esto es así porque puedes elegir una visita guiada específica para niños, en la que el propio guía hará posible que los niños puedan participar en la visita, entienden mejor qué simboliza y qué significa cada obra, a la par que hace que estés menos pendiente de los niños y más de las obras o la exposición en general.
Recuerda que hay guías expertos en entretener a los niños en la visita dado que llevan muchos años haciendo de guía para grupos de distintas edades. Además, los guías saben qué obras atraen más a los niños y cómo enfocar las explicaciones de modo que estén atentos y disfruten de la visita. Sin olvidar que con un guía del Louvre esta será más corta, pero más intensa,¡Justo lo que esperan escuchar los niños!
Otra opción menos costosa es contar con un audioguía para niños, de este modo podrán escuchar las explicaciones mientras van mirando cada obra en particular. Con esta forma también conseguirás que los niños se mantengan enfocados y se sientan, más o menos, partícipes en la visita.
2. Come antes de llegar al Louvre con niños

El Louvre requiere de un buen rato caminando. Es importante llegar con niños que estén bien descansados y bien alimentados. Recuerda que en el museo está prohibido tanto comer como llevar comida.
Para comer cerca del Louvre hay varios locales para desayunar que ofrecen un delicioso desayuno de jugo de naranja recién exprimido, pan y deliciosos pasteles. También, dentro del Louvre hay un centro comercial por si os urge picar algo.
Si tenéis menos tiempo todavía podréis llevaros comida desde cualquier cafetería o bar que esté abierto. En París ir comiendo por las calles o en el coche es más normal de lo habitual, ya que la ciudad es muy grande y suele haber muchos atascos en el camino.
También es importante llegar descansados, una opción para despejarse antes de llegar al museo es subirse en un bus turístico de París, estos vehículos hacen dos paradas cerca del Louvre. Eso sí, la mejor forma de controlar el factor estrés es llegar con tiempo y saber cómo moverse por París.
3. Haz una parada para ir al baño antes de entrar al Louvre

Es muy importante hacer una parada en algún servicio antes de continuar, sobre todo después de alguna comida y/o bebida importante. Recuerda que el Louvre es un museo inmenso y las exposiciones, en ocasiones, duran más de lo esperado.
Además, los niños, por su edad y su metabolismo, necesitan acudir más veces que cualquier otro adulto sano.
Es cierto que el museo de Louvre también cuenta con cuartos de baño para el público; sin embargo, el hecho de ser tan grande hace que sea muy probable el perderse, sobre todo cuando hay muchos visitantes dentro.
Además, seguro que es un agobio para ti el hecho de perder parte de una visita guiada, o una exposición mientras estás distraído esperando o buscando dónde están los servicios.
4. Los carritos para bebés son bienvenidos en el Louvre

Los bebés y el Louvre no son dos cosas incompatibles. A pesar de que pueda sonar agotador el ir con el carrito de arriba a abajo, tienes que saber que el edificio está perfectamente equipado y amigable con los cochecitos para bebés. Si bien es cierto que el edificio se remonta al siglo 12, las constantes mejoras han hecho del Louvre uno de los museos de París mejor equipados en materia de movilidad reducida.
No solo eso , los carritos son bienvenidos en todo el museo,y rara vez os sentiréis incómodos. Hay ascensores en el Louvre reservados precisamente para las familias que vienen con bebés.
Es más, cuando lleguéis a la Pirámide, notaréis que hay filas separadas en función de los tipos de billetes, y si el que tenéis es de “movilidad reducida” podréis hacer cola en una línea diferente. No te preocupes, si vais con tiempo es raro que tengáis que esperar más que el resto. Además, los ascensores son de cristal y con un toque futurista, seguro que dejarán a los niños boquiabiertos.
5. Dales un mapa del Louvre a los niños

La mejor forma para hacer que los niños se sientan cómodos es incluyéndolos en la visita de una manera directa y dejando que participen. Una de las mejores formas es dándoles un mapa,así empezarán a ver la búsqueda de obras como una especie de “búsqueda de tesoros” .
Verás lo emocionados que estarán en el museo, buscando obras por el mapa y siguiendo pistas. Recuerda que los niños no tienen la suficiente edad o madurez como para valorar una visita como la del Louvre; sin embargo, sí puedes hacer que se diviertan dentro de unos límites y estén motivados.
Además, un mapa también te ayudará a optimizar mejor tu recorrido haciendo que dure menos, pero que sea más intenso. Ten presente que es prácticamente imposible visitar todas las obras en una sola visita.
Te recomiendo descargar el plano completo, y si lo tienes impreso mucho mejor. Ten en cuenta que el museo cuenta con 5 plantas, y la sala de exposición está divida en ¡8 secciones! Es difícil no perderse sin guía y sin mapa.
6. Comprate un libro que te sirva de guía en el Louvre

Conocer un poco de historia sobre las obras que deseas ver es sumamente importante para captar la atención de los niños e incentivar su interés. Si hay algo en lo que todos los niños coinciden es que les encanta escuchar historias; por ello, informarte antes será crucial para mantener viva esa incertidumbre, por lo menos durante el tiempo que dure la visita.
En las tiendas cercanas al Louvre hay varios sitios para comprar libros que te explicarán cada parte del museo independientemente de cual sea tu idioma favorito. Y todo con el fin de simular una visita guiada.
Supongo que si te atrae el museo es porque ya sabes lo que quieres ver; sin embargo, si no es tu caso tampoco tienes de qué preocuparte. Con una lectura por encima un día antes de visitar el museo tendrás suficiente para apreciar un poco mejor las obras de este magnífico museo y, como consecuencia, poder contagiar a los niños con esas ganas.
7. Haz un recorrido más corto en el Louvre

Cuando vas con niños, aun conociendo los horarios del museo y vayas con tiempo, siempre es importante optimizar el recorrido al máximo y, a ser posible, hacer que sea más corto. Es muy común, que cuando pagamos unas entradas al museo, queremos sacarle el máximo partido a la visita y tratamos de ver todo lo que el tiempo nos pueda permitir. Sin embargo, si vas con niños, es muy importante tenerlos en cuenta.
Por ello, como consejo, en caso de que no cuentes con una visita guiada, trata de ver lo más esencial del museo. Por ejemplo , en el Ala Sully puedes llevar los niños a ver la Mona Lisa; en la galería de estatuas puedes enfocar la visita en la preciosa estatua de Venus de Milo
; y en el Ala Denon puedes acercarles a la escultura de Victoria Alada de Samotracia.
Los niños suelen disfrutar mucho los primeros minutos en el museo, así que aprovecha esos minutos de atención para enseñarles las obras más representativas de museo de Louvre, seguro que las recordarán el resto de sus vidas.
8. Prepárate para los paparazzi de Mona Lisa en el Louvre

La Mona Lisa de Leonardo da Vinci es prácticamente el sinónimo del Louvre. Esta pintura renacentista italiana de principios del siglo 16 ha estado en exhibición en el Louvre desde 1797. Los visitantes hacen fila para ver la Mona Lisa, protegida por vidrio a prueba de balas y custodiada por guardias.
Por ello, si vas con niños procura evitar parar mucho rato en la sala de la Mona Lisa en las horas punta, ya que es fácil que los niños se pierdan ante tanta admiración y ajetreo. Uno sin darse cuenta suelta la mano cuando la atención se halla en otro punto. Y , créeme, ponerse a buscar en una sala inundada de visitantes es algo que no te deseo. Por ello, tampoco te recomiendo visitar el Louvre con niños en tu viaje a París en verano dado el elevado número de turistas que podéis encontrar. A propósito te aconsejo visitar este post para más consejos genéricos sobre tu viaje a París.
Además, siempre suele haber periodistas y paparazzis fotografiando las expresiones de admiración que sienten los turistas y visitantes ante este icónico cuadro estimado en casi 2 mil millones de euros.
9. Informa a los niños sobre la política del museo

En un museo como el Louvre , son varias las normas que regularizan el buen funcionamiento del sitio, hay múltiples políticas que si no se respetan uno puede ser expulsado directamente. Y , desafortunadamente, estas políticas se aplican a cualquiera, incluidos los niños.
Por ello, antes de entrar al museo conviene recordar a los niños qué prohibiciones hay dentro del museo, ya que, por naturaleza, tienden a dejarse llevar fácilmente, y más si están dentro de un lugar diseñado para llamar la atención.
Entre las prohibiciones están:
- Tocar las obras
- Beber
- Comer
- Correr
- Hablar en voz alta
10. Dales una cámara a los niños

Siguiendo con la misma línea de dejar que los niños participen de forma directa en la visita al museo, una de las mejores formas es dándoles una cámara y dejar que documenten su visita al museo.
Deja que los niños cojan una cámara y vayan fotografiando aquellas obras que más les interesan, este simple hecho hará que estén mucho más atentos y se aburran mucho menos.
Además, con ese mismo gesto verás qué arte les interesa más y, por ende, poder enfocar la visita de modo que puedan sentirse escuchados y comprendidos.
Eso sí, trate de dejarles claro que no se puede usar el flash en el museo del Louvre ni tampoco hacer fotos con palo de selfie, ya que ambas acciones pueden dañar las obras y/o interferir en el funcionamiento del museo.