Mejores cuadros de la National Gallery de Londres
La National Gallery de Londres alberga más de 2000 obras, entre ellas algunos de los cuadros más famosos del mundo. ¡Descubre los mejores cuadros de esta impresionante galería!

Galería nacional de Londres | ©George Ciobra
¿Estás buscando qué ver y hacer en Londres y eres un amante del arte? Baco y Ariadna de Tiziano, la Venus Rokeby de Velázquez, los Girasoles de Van Gogh, el Autorretrato de Rembrandt, el Temerario combatiente de Turner, así como otras 2300 pinturas y frescos se exhiben actualmente en la National Gallery de Londres.
Fundada en 1824 con tan solo 38 cuadros, se convirtió en la verdadera joya de la corona con su notable representación de lo mejor del siglo XIII hasta el siglo XX en tierra inglesa. Pero ¿cuáles son sus mejores obras? En esta publicación te comparto el top de cuadros que no te puedes perder de acuerdo con los especialistas, todos organizados por su año de creación ¡Vamos a ello!
1. Matrimonio Arnolfini - Jan van Eyck - 1434

Esta obra maestra de Jan van Eyck es una de las piezas más enigmáticas de la historia del arte. En contadas ocasiones se pintaban los retratos de cuerpo entero en el siglo XV, y este no lo hace con una sino con dos personas: el "Matrimonio Arnolfini".
No se trata de un retrato cualquiera, ¡es una obra maestra! Y con una ajetreada historia de viajes, robos y saqueos, fue Fernando VII quien la recuperó y se la entregó a Inglaterra. Este cuadro tiene cientos de interpretaciones sobre su simbolismo. Es una de las representaciones más convincentes de personas de la época, en el seno de su hogar, lo que demuestra el dominio de Van Eyck de la luz y la sombra, así como, su meticulosa atención al detalle.
Esta pintura forma parte de las joyas de los 30 museos más famosos del mundo y puedes echar un vistazo a la obra en la sala 28 de la National Gallery de Londres.
2. La batalla de San Romano - Paolo Uccello - 1440

Paolo Uccello fue un pintor renacentista conocido por su uso de la perspectiva y el escorzo, así como por su habilidad para captar detalles intrincados en sus cuadros. Así lo evidencia esta obra: La batalla de San Romano, uno de los 100 mejores cuadros de Londres conforme a TimeOut.
En ella representa una batalla entre soldados florentinos y sieneses. Los florentinos ganaron la contienda, pero el caballo de Tolentino fue pintado con tanto detalle que parece estar cargando hacia el espectador.
Los tres paneles que representan la batalla supuestamente fueron encargados por la familia Médicis, quiénes los tuvieron en su poder hasta los últimos días de Lorenzo de Médicis en 1492.
3. El Dux Leonardo Loredan - Giovanni Bellini - 1501

El Dux Leonardo Loredan de Giovanni Bellini, es una de las obras más importantes del Renacimiento italiano. Fue pintada en 1501, cuando Venecia estaba en la cima de las capitales europeas y los Bellini conquistaban la escena artística. Este es un ejemplo perfecto de la unión entre arte y poder de aquel período.
El cuadro retrata al dogo o "magistrado supremo" de la oligarquía que gobernaba Venecia. Los rasgos del hombre están inmóviles, reflejan rasgos romanos todopoderosos. La luz anima toda la superficie, especialmente los ostentosos adamascados de hilo de oro y plata provenientes de la ahora tierra turca.
Tras un acercamiento a la pintura se aprecian las diferentes capas de óleo que componen su relieve porque para Bellini, lo primordial era el juego de luz y sombra más que la forma, tal como el historiador alemán Robert Suckale recoge en su libro "Los Maestros De La Pintura Occidental".
4. Virgen de los claveles - Raphael - 1507

La Virgen de los claveles de Rafael Sanzio es una de las obras más importantes que se conservan de este pasaje del arte renacentista italiano. La composición se inspira en una obra de da Vinci titulada "Madonna Benois", y el resultado entra dentro de las 10 obras imprescindibles en la National Gallery de Londres conforme a los especialistas de Arte & Subastas.
En este cuadro, Rafael Sanzio representa a la Virgen María joven y bella, con una expresión relajada como símbolo de su cercanía con la humanidad. Lleva un elegante vestido de amplias mangas y un manto de piel sobre los hombros. La mano derecha de la Virgen descansa sobre su regazo y sostiene un clavel o un capullo de rosa frente a su pecho, razón por la cual algunos conocen esta pintura como “La Virgen de las rosas”.
5. La Virgen de las Rocas - Leonardo da Vinci - 1508

Mayormente conocida como la “Madonna of the Rocks” es un cuadro místico desde su obra per sé hasta su autoría. Existen dos cuadros con el mismo nombre. El primero de ellos data de 1486 y se exhibe en el Museo del Louvre. Esta segunda versión fue pintada una década más tarde, y se exhibe en la sala número 9 de la National Gallery de Londres.
De acuerdo con los curadores, la narrativa central del cuadro gira en torno a una Virgen de piel pálida que recién acaba de salir de una cueva. ¿Su significado? Dos teorías han ganado cuerpo. La primera señala a la Virgen bendiciendo a la humanidad a su salida de esos muros. Mientras que la segunda aproximación se inclina por una mirada más humanista.
Muchos de nosotros hemos estado encerrados en cuevas porque allí nos sentimos a salvo de todas las cosas que no queremos ver (o sentir), un poco siguiendo el mito de la caverna de Platón. Pero ¿cuál es la teoría correcta?, es uno de los tantos enigmas por descifrar dentro del código da Vinci.
Y a este misterio se suma la posibilidad de que Giovanni Ambrogio de Predis, asistente de da Vinci, haya sido el autor material de la obra. Por lo pronto, este cuadro entra en el top 20 de los cuadros más visitados en la National Gallery de Londres.
6. Baco y Ariadna - Tiziano Vecellio - 1523

Baco y Ariadna, de Tiziano Vecellio es un impresionante óleo que representa a Baco, el dios romano del vino y su locura en busca de su amante perdida, Ariadna. El cuadro fue creado en 1523 para Alfonso I de Este, duque de Ferrara como encargo de una serie de frescos y pinturas mitológicas para el Camerino d'Alabastro.
Curiosamente, mientras el espectador aficionado se distrae con la armonía del color utilizada por Tiziano, al lado izquierdo, el hábil pintor recrea el origen mitológico de la Constelación Boreal, visto que el obsequio de bodas de Zeus fue convertir la corona de la novia en esta agrupación de estrellas.
Para ver en detalle este hito del arte de la National Gallery de Londres, acércate a su sala número 10.
7. Autorretrato - Van Rijn Rembrandt -1640

Van Rjin Rembrandt se encontraba en la cúspide de su carrera cuando pintó el Autorretrato a los 34 años. Era el pintor más célebre de Holanda y, como tal, se codeaba entre círculos sociales exclusivos.
El artista refleja un noble de estatus alto, carácter imponente, con vasta riqueza y con el poder que le otorgaba sus dones artísticos y humanistas, aunque no podemos pasar por alto que la fortuna le sonrió luego de su matrimonio con su prima Saskia. De hecho, 29 años después, tras la muerte de Saskia, en su Autorretrato a los 63 años, la impronta dista del original.
Rembrandt fue un especialista en retratar las tradiciones de la alta sociedad, particularmente entre retratos grupales, y su aporte al arte barroco es aclamado en la escena internacional, tal como lo confirmó por ejemplo el célebre escultor Auguste Rodin .
8. Venus en el espejo – Diego Velázquez - 1651

Una mujer yace de espaldas, envuelta en fina seda. Está pálida y luminosa, con el pelo oscuro y rizado. Tiene los ojos cerrados y Cupido sostiene un espejo frente a su rostro. ¿De quién se trata? Los expertos no han descifrado el enigma con exactitud, lo cierto es que la obra pertenece al maestro español de la pintura barroca, Diego Velázquez.
Este cuadro al óleo pareciera seguir entre sus curvas la personificación del amor. La Venus en el espejo es el único desnudo conservado del pintor sevillano y uno de los cuadros más interesantes dedicados a la feminidad. Pintado quizá durante el segundo viaje del artista a Italia, sorprende al mostrar a Venus de espaldas. En la mano del dios travieso, un espejo solo refleja el bosquejo de la modelo.
Al artista poco le interesaba el rostro de esa diosa cuando avanzaba pincelada tras pincelada por el "Rokeby", en esencia es la belleza femenina lo que deseaba retratar. Admira este cuadro de cerca en la sala 30 de la National Gallery de Londres.
9. Mujer joven sentada ante el virginal - Johannes Vermeer - 1672

La traducción de este cuadro es bastante controvertida, algunos la llaman Dama joven en pie ante una espineta, también le atribuyen el título Joven señora de pie ante la espineta, otros Mujer joven sentada ante el virginal, por último, una versión reducida la señala como Dama sentada al virginal, pero cualquiera sea el caso, se trata de una obra sublime con la firma de Johannes Vermeer.
Este cuadro es un excelente ejemplo de la pintura holandesa del Siglo de Oro. El maestro de la luz y el silencio es conocido por su uso del color, la serenidad de sus obras así como el trabajo con luces y sombras, como en este caso, donde redujo conscientemente su paleta para contrastar las texturas.
El cuadro más famoso de Johannes Vermeer es "La joven de la perla" como bien retrataron Scarlett Johansson y Colin Firth en la película de mismo nombre en 2003. Sin embargo, esta pintura entra en el top 20 de obras más visitadas en la National Gallery de Londres conforme al reporte de la galería.
10. La carreta de heno - John Constable - 1821

El Carro de heno, también llamado “La carreta de heno” se hizo con el segundo lugar como el cuadro más bonito de la National Gallery de Londres en una encuesta realizada por la BBC, aunque su historia trastabilló en sus inicios.
Con una representación exquisita de una escena entre Suffolk y Essex, Constable deja en evidencia por qué se le considera como uno de los precursores del impresionismo.
A pesar de su visión revolucionaria, así como la medalla de oro que ganó en París por este cuadro, pasó un centenario antes de que se apreciara el detalle la obra de Constable, pero tú puedes disfrutar de ella en la sala 34 del National Gallery de Londres.
11. El temerario - William Turner - 1839

Este cuadro es un ejemplo impresionante de la maestría de Joseph Mallord William Turner con la luz y el color. La escena que representa tiene que ver tanto con la puesta de sol como con el barco: es una puesta de sol cuatro veces más grande que la realidad, con el telón de fondo de un cielo tan difuminado que casi parece una ilusión. Al mejor estilo romántico, este experto paisajista registra en su obra los días de gloria de los veleros, al tiempo que recuerda el fin de su época de oro.
El barco remolcado por el Támesis se llama "El Temerario", y llega a su destino para ser desguazado tras la batalla de Trafalgar en 1805. El remolcador que lo arrastra tiene una silueta oscura en primer plano, y su autor no pretende hacer una réplica exacta del original, la intención era reflejar la nostalgia y pérdida por el paso entre la época agrícola a la Revolución industrial. Marcó un hito en la historia con su retrato de lo que veía.
En víspera de la celebración del 200 aniversario de la National Gallery de Londres se realizó una encuesta para conocer la mejor obra de la galería entre críticos y visitantes, este fue el cuadro ganador y puedes visitarlo en su sala número 34.
12. Los Girasoles - Vincent Van Gogh - 1888

Aunque los museos han disminuido los visitantes de edad temprana, Los Girasoles de Van Gogh causaron tal revuelo que la visita a la sala 43 de la galería en cuestión, bien merece la pena ser anotada entre tus cosas que hacer en Londres con niños. Solo piénsalo, hasta hay experiencias inmersivas entre las obras del pintor holandés que encantan a los peques, y esta es una de sus tres obras originales con 15 girasoles en el mundo.
El bodegón de girasoles es un cuadro curioso, destaca la presencia intensa del amarillo factor diferenciador del pintor, al igual que su estructura y firma casi ilegible cerca de una delicada línea azul, más propia del artesano que elaboró el jarrón que del cofundador del postimpresionismo. Cuando ves Los girasoles, te das cuenta de que no es solo un jarrón y unos girasoles. Es Vincent.
Vincent van Gogh en su empeño por convertirse en discípulo de Paul Gauguin, creó esta serie de cuadros para impresionarlo, aunque la historia se ensombreció rápidamente dejando al padre del arte moderno sumergido en la tristeza y la locura hasta el final de sus días, con tan solo 37 años.