Marrakech en invierno
Déjate cautivar por el embrujo de Marrakech. La Ciudad Roja tiene un encanto único y ha enamorado a artistas como Yves Saint Laurent y Elton John.

Vistas de la Medina desde las tumbas fenicias | © Raul Cacho Oses
Si has reservado un vuelo en diciembre, enero o febrero, has tomado una buena decisión. En estas fechas, la ciudad es mucho más tranquila ya que los turistas suelen visitarla en primavera o en otoño. En Marrakech el invierno es generalmente más cálido comparado con la península y si así no fuera, siempre puedes entrar en calor en un hammam tradicional.
1. Sube a la estación invernal de Oukaïmeden

Si pensabas que Marruecos es solo la tierra del sol y los desiertos, te sorprenderá descubrir que es también famosa por sus estaciones de esquí. En este país es posible practicar esta disciplina deportiva en dos zonas: en Mishliffen (provincia de Fez) y en la estación de Oukaïmeden, la más importante de Marruecos y de todo el continente. Esta localidad se ubica en el Toubkal, un macizo del Gran Atlas a 4.164
metros de altura y a unos 80 km de la Ciudad Roja. El centro invernal más alto de África cuenta con 18 pistas (3 verdes, 4 azules, 8 rojas y 3 negras) y con unos cuantos hoteles, restaurantes y cafeterías.
Olvídate de paisajes alpinos y nieve bien pisada, las instalaciones de Oukaïmeden no tienen la misma calidad que las europeas aunque en los últimos años se han estado haciendo unos esfuerzos para modernizar las instalaciones. Sin embargo, una buena parte de su encanto deriva de la exoticidad del lugar. No es raro ver burros y vendedores ambulantes cerca de las pistas así como esquiadores improvisados y gente se tira por las laderas con unos trineos caseros.
Si te apetece subir al macizo del Toubkal, existen decenas de excursiones que llegan a Oukaïmeden por la mañana y te llevan de vuelta por la tarde. Si te apetece salir de la ciudad, descubre las 12 excursiones desde Marrakech
Si no nieva, ¡olvídate de esquiar! La estación invernal no cuenta con cañones de nieve artificial. Ten en cuenta que la temporada invernal es un poco más corta que la nuestra. Generalmente, comienza en diciembre y termina a finales de marzo.
2. Desconecta del bullicio en los Jardines Majorelle

En el barrio de Gueliz se extiende una área verde muy popular entre turistas y lugareños. Naturalmente estamos hablando de los Jardines de Majorelle, un huerto botánico creado por Jacques Majorelle, pintor francés e hijo de un famoso ebanista. Durante la época colonial, el artista llegó a la Ciudad Roja para llevar a cabo un proyecto estatal y enseguida se enamoró perdidamente de este rincón del Magreb.
Tras adquirir unas parcelas de terreno, Jacques Majorelle estructuró su jardín plantando palmeras, cocoteros, cactus y otras especies que conforman un verdadero edén. A la muerte de Jacques, Yves Saint Lauren y Pierre Bergé devolvieron a este lugar su antigua gloria. Además, añadieron algunos elementos icónicos como, por ejemplo, el gracioso estanque con nenúfares.
En primavera y verano en Marrakech , miles de turistas llegan hasta aquí para encontrar un poco de refrigerio y a veces las aglomeraciones pueden resultar un poco agobiantes. En cambio, si lo visitas en invierno no tendrás ningún inconveniente. Si prefieres visitarlo en primavera, te dejo el post sobre qué ver y qué hacer en la ciudad de Marrakech en abril.
Los Jardines Majorelle abren todos los días de las 11:00 a las 17:00. El último acceso es a las 16:30.
3. Recorre la Medina en bicicleta

¿Sabías que Marrakech ha sido la primera ciudad de África en implementar un programa de bike sharing? La ciudad marroquí cuenta con una red de bicicletas repartidas por el casco viejo y que se pueden utilizar descargando la app de Medina Bike. Para desbloquearlas basta con registrarse y seguir las instrucciones que aparecen en pantalla. Para los turistas, el mejor plan es el pase diario que garantiza una mayor libertad de movimiento.
Aunque pueda resultar raro, Marrakech y las bicis están muy unidas. En el pasado, las calles de la Ciudad Roja estaban repletas de ciclistas pero, en las décadas siguientes, scooters y automóviles han cobrado protagonismo. Afortunadamente, la iniciativa de Smoove (la empresa que ha implementado el bike sharing) ha reintroducido este medio de transporte impulsando al mismo tiempo una movilidad sostenible. Si quieres saber cómo alcanzar los rincones más emblemáticos, puedes leer el artículo Cómo moverse por Marrakech.
4. Pasea por los Jardines de la Menara sin preocuparte del calor

Los jardines de la Menara abarcan una gran extensión de terreno en el suroeste de Marrakech. En su interior prosperan cipreses, olivos, palmeras y naranjos que se alimentan del agua proveniente del Atlas. Gracias a un sistema de túneles subterráneo, el preciado líquido recorre unos 30 km hasta llegar al estanque en el medio de esta área verde. Los jardines de la Menara abren todos los días de 8:00 a 17:00.
A orillas de este lago se levanta un palacete de dos plantas que, según cuenta la leyenda, era utilizado por las citas amorosas de un sultán. El lugar es sin duda cautivador y merece la pena dar un paseo para disfrutar del contraste entre los árboles frutales y los picos nevados del Atlas.
Visitar este parque en verano no es una buena idea. Más que un jardín, este pulmón verde es en realidad una sucesión de huertas. En los meses cálidos la sombra es insuficiente y pasear entre sus senderos podría convertirse en una actividad para corazones valientes. Entre junio y el principio de septiembre puedes recurrir a unas actividades para el verano en Marrakech
5. Disfruta de un cálido hammam

Cuando las temperaturas bajan, no hay nada mejor que unos baños de vapor. Los puedes encontrar en todas partes, desde el zoco hasta los barrios más modernos. El ritual sigue unos pasos precisos:
- En primer lugar, entrarás en una primera sala donde encontrarás dos cubos, uno con agua fría y el otro con agua caliente. Es la antesala del hammam y sirve para acostumbrarse al calor del lugar.
- Después de una limpieza superficial pasarás al segundo ambiente: la sala del vapor cuyo objetivo es expulsar las impurezas de la piel.
- Cuando no aguantas más la canícula, deberás volver a la primera sala donde empieza el verdadero ritual. Una vez que los poros están abiertos, es el momento de frotarse con el jabón beldi, un detergente oscuro hecho con aceite de oliva negra, sosa cáustica y pasta de aceitunas. En los establecimientos más tradicionales, verás a los lugareños frotándose las espaldas uno al otro mientras que en los hammam turísticos, los empleados realizan estas tareas.
- Tras haber limpiado y purificado la piel, podrás concluir la experiencia con un un masaje con aceite de argán y una ducha vigorizante.
El hammam tiene múltiples beneficios: estimula el sistema nervioso, elimina toxinas e impurezas y tiene un provechoso efecto expectorante. Además, es muy útil para contrarrestar el resfriado y combatir la sinusitis por no hablar de los efectos sobre el cutis. Los baños turcos son lo ideal para darse un homenaje cuando las temperaturas bajan.
El consejo de Matteo
En los hammam se puede llegar fácilmente a 45º. Como consecuencia, el ritmo cardíaco aumenta y se puede llegar a un tope de 140 pulsaciones por minuto. Si sufres de arritmia, taquicardia o estás embarazada, es preferible evitar los baños turcos.
6. Vive una Navidad diferente

Puede que Marrakech no sea el primer lugar que salte a la mente como destino de vacaciones invernales. Sin embargo, la Ciudad Roja es perfecta para pasar unas festividades diferentes. Al ser un país de fe musulmana, no encontrarás muchas decoraciones en sus calles y plazas pero el asunto cambia cuando se habla de los hoteles.
En el famoso La Mamounia, el mejor hotel del mundo en 2021, los pasillos se llenan de árboles de Navidad mientras que los naranjos del patio se transforman gracias a unos adornos refinados. Además, su salón de té firmado por Pierre Hermé propone manjares navideños como el bûche de Noël, un postre francés tradicional. También conocido como “Yule log”, es un rollo de bizcocho esponjoso cubierto de chocolate o crema de café. Si quieres celebrar con una cena, este post te desvelará los 10 mejores restaurantes de Marrakech
Si viajas justo antes de la Navidad, puedes comprar tus últimos regalos en el Zoco. De este modo volverás a casa con unos obsequios originales. Entre los artículos más codiciados, podemos mencionar los artículos en cuero, los textiles, las especias y la cerámica marroquí. Si tienes suficiente espacio en la maleta, puedes comprar una colorida lámpara árabe. Antes de adquirir cualquier prenda o objeta, recuerda que debes negociar siempre el precio. Para explorar la zona, ten en cuenta los consejos sobre qué ver y hacer en la Medina de Marrakech.
El consejo de Matteo
Durante tu primera visita a los zocos, es recomendable que pases por las tiendas sin comprar nada. En esta primera “incursión”, solo pide precios para que puedas hacerte una idea del valor de mercado de los productos que te interesan.
7. Termina el año entre las dunas

Marrakech es una ciudad dinámica y cautivadora. Sus calles y plazas rebosan de vida y sin embargo, a veces puede resultar algo caótica. Si no te apetece saludar el año nuevo en los hoteles de la ciudad, puedes optar por una actividad distinta y relajante: una excursión en el desierto. Muchas agencias organizan excursiones de una o más noches en el Sáhara. Generalmente, los tours se dirigen al desierto de Merzouga que es conocido por las dunas de Erg Chebbi.
El desierto de Erg Chebbi es un área de 22 km de largo y 5 km de ancho. Sus altas dunas doradas conforman un paisaje conmovedor y son el escenario ideal para realizar actividades como un paseo en dromedario o una carrera en quad. Al caer la noche, disfrutarás de una cena típica y de unos espectáculos de malabaristas, comedores de fuego y bailarinas de danza del vientre. Sin embargo, el reclamo principal es el cielo espolvoreado por miles de estrellas. No por nada, Marruecos es uno de los principales destinos para los apasionados de las constelaciones.
8. Participa en el maratón de Marrakech

El Maratón Internacional de Marrakech es un evento deportivo organizado por la Asociación Le Grand Atlas (AGA). La primera edición se disputó en 1987 y, año tras año, supo convertirse en un importante evento de la Ciudad Roja. Normalmente, la carrera empieza y termina en Avenue de la Menara (cerca del Hotel La Mamounia) y tiene una longitud total de 44 km.
Cada 5 km, encontrarás puestos de refrescos con aguas y rodajas de naranja. El Maratón Internacional de Marrakech se celebra en el mes de enero y es una cita imprescindible para quien quiere prepararse para otras citas deportivas como, por ejemplo, el Maratón de Tokio. Puedes retirar los dorsales en Place du 16 novembre (barrio de Gueliz). Recuerda llevar contigo tu pasaporte.
9. Duerme en el desierto sin renunciar al confort

El invierno es la mejor época para viajar al desierto. Si te apetece la idea, puedes optar por una excursión en el Sáhara pasando una noche en un glamping, es decir, una forma de alojamiento que une la conexión con la naturaleza del camping de toda la vida con el encanto de una habitación de hotel.
Las jaimas (tiendas de campaña o carpas de origen árabe) cuentan con toda clase de lujos: baños privados, agua caliente, calefacción, toallas y refinados elementos decorativos. Además, los campamentos suelen incluir una zona chill out donde podrás descansar tomando un té o mirando las estrellas.
La mayoría de estos establecimientos completan sus propuestas con actividades como el sandboarding (descenso de dunas con tablas) o un más tradicional picnic entre las dunas. La mayoría de los glampings se encuentran en el desierto de Merzouga a unos pocos km de la Ciudad Roja. Para tener más información, te recomiendo las mejores Excursiones al desierto de Merzouga en Marruecos.
10. Las temperaturas en Marrakech en invierno

Marrakech tiene un clima subtropical semidesértico, con inviernos templados y veranos tórridos. La estación fría empieza en diciembre y termina a finales de febrero; en estos tres meses, las temperaturas mínimas rozan los 5º mientras que las máximas alcanzan los 20º. Como puedes intuir, hay una gran diferencia entre el día y la noche. Sólo tendrás que abrigarte después de la puesta del sol. Ten cuidado: cuando el viento sopla desde los desiertos, la temperatura puede acercarse a los 30º.
Planes alternativos para protegerse de la lluvia en Marrakech
Aunque raras, las lluvias se producen en forma de aguacero. Febrero es uno de los meses más afectados pero, aún así, no deberás preocuparte demasiado. Según las estadísticas, este mes registra una media de 40 mm de lluvias. Si el día promete tormenta, lo mejor es refugiarse en un museo o en una atracción cubierta. Por ejemplo, puedes visitar las Tumbas saadíes (los sepulcros de la dinastía del sultán Ahmad al-Mansur), el Museo Dar Si Said (el museo de arte marroquí) o la Madrasa de Ben Youssef, una escuela coránica cerca de la mezquita homónima.
Otra opción es el Museo Yves Saint Laurent. Si todavía estás planeando tus vacaciones, te aconsejo leer el post sobre cuándo viajar a Marrakech.