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10 Castillos que tienes que ver si vas a Dublín

Irlanda es tierra de castillos y lo bueno es que la gran mayoría están cerca de su capital. Si te apetece conocer los mejores castillos de Dublín, lee mis recomendaciones

Ana Caballero

Ana Caballero

Lectura de 11 minutos

10 Castillos que tienes que ver si vas a Dublín

Castillo de Kilkenny | @bea & txema & alan

¿Alguna vez has querido vivir en un castillo? Esto quizá no sea posible (o sí, quién sabe), pero para que te hagas una idea de cómo sería la experiencia, te propongo visitar unos cuantos castillos en la capital irlandesa. Está claro que hay otras muchas cosas que hacer y ver en Dublín, pero poco hay comparable a conocer su historia a través de sus fortalezas.

Ya te aviso de que deberás moverte un poco para verlos todos, aunque siempre a lugares muy cercanos a Dublín y cuyos paisajes y castillos merecen mucho la pena. Siempre llenos de historia, los castillos dublineses han tenido muchas funciones a lo largo de los siglos. Lo bueno es que la mayoría están abiertos al público y visitarlos te acercará a las leyendas y la cultura de Irlanda. ¿Te cuento cuáles son mis favoritos?

1. Castillo de Dublín: una fortaleza en el centro de la ciudad

Castillo de Dublín | ©Bjørn Christian Tørrissen
Castillo de Dublín | ©Bjørn Christian Tørrissen

No puedes ir a Dublín y no ver este castillo, que tanta historia tiene. No creas que solo ha actuado como fortaleza o como hogar para la realeza, también ha sido Tribunal de Justicia y asentamiento de vikingos. ¿Increíble verdad?

En la actualidad se usa como lugar para recepciones oficiales, aunque su interior alberga exposiciones para que su valor y su papel históricos se entiendan. La entrada cuesta aproximadamente 8€, y merece mucho la pena.

Ya ves que el Castillo de Dublín tiene mucho que contar, por eso te recomiendo recorrerlo con un guía especializado. Así no perderás detalle y te explicará para qué se usaba cada estancia. Esto es importante porque, aunque el exterior sea más austero por el incendio que hubo en 1684, las estancias se conservan bastante bien y merece la pena oír cuál era su función o el significado del arte que hay dentro.

Salón del Trono

Como no, aquí es donde se situaba el trono del rey. Verás que justo antes de entrar pasas por otra sala, el Rellano de las Hachas de Guerra, que es donde se colocaba la guardia real para proteger al soberano.

Alrededor del Salón del Trono se encuentran los apartamentos de la monarquía. Te sorprenderán los tapices, llenos de hilo dorado, y también las numerosas habitaciones que tenían tanto el rey como la reina.

Torre de la Pólvora

Que el nombre no te engañe, no subirás a ninguna torre, sino que bajarás a una bóveda subterránea muy especial. ¿Por qué? Porque te permite conocer el Dublín del siglo X. Esto es posible gracias a los restos del adoquinado de la época que ahí permanecen.

En estas excavaciones podrás también observar parte del muro defensivo que construyeron los vikingos. La verdad es que bajar a la Torre de la Pólvora es retroceder varios años, ¡todo un lujo!

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2. El Castillo de Trim: una excursión de película

El Castillo de Trim | ©Andrew Parnell
El Castillo de Trim | ©Andrew Parnell

Para visitar el Castillo de Trim tendrás que realizar una de las excursiones disponibles desde Dublín al pueblo que lleva el mismo nombre. Cuando llegues, posiblemente te resulte familiar, ya que fue el escenario de la famosa película Braveheart. No creo que Mel Gibson siga por ahí, pero sí muchas historias.

Entrar es bastante asequible (aproximadamente 5€) y te aconsejo hacerlo para poder ver este castillo del siglo XII.

Lo primero que tienes que saber es que es el castillo anglo-normando más antiguo de Irlanda. Se empezó a construir en 1176 y, la colina de Meath, donde está emplazado, albergó numerosas batallas entre irlandeses e ingleses.

El ambiente que se respira tanto dentro como en sus inmediaciones es por esto mismo solemne. Aún así, no te prives de entrar y contemplar las estancias de una fortaleza que ha permanecido en pie durante 900 años, a pesar de guerras.

Si tienes la suerte de ir a Dublín en verano, seguro que ves a muchos irlandeses disfrutando del sol en los alrededores del castillo. ¡Únete a ellos! La verdad es que el amplio césped que rodea la fortaleza invita a ello.

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3. El Castillo de Malahide: un paisaje encantador

Castillo de Malahide | ©Christof Berger
Castillo de Malahide | ©Christof Berger

Hay mucho que ver en una excursión a Malahide desde Dublín, y su famoso castillo es una visita imprescindible. La entrada cuesta aproximadamente 12€ y es un lugar con mucho encanto y cuyo paisaje nos permite huir del ritmo de la capital.

Quizás lo que más te sorprenda es que, hasta finales del siglo XX (1975 más exactamente) este lugar siguió siendo una residencia privada, la de la familia Talbot, que llegó a Irlanda con Guillermo el Conquistador y se construyó este fascinante hogar.

Además de utilizarlo como su casa, el Castillo de Malahide funcionó como iglesia católica secreta. Recuerda que el protestantismo fue durante muchos años la única religión permitida en Irlanda por lo que la familia Talbot y otros fieles del catolicismo celebraban misas a escondidas. De hecho, durante tu visita verás una especie de armario que en realidad servía para ocultar al cura.

Aparte de ver y conocer estos entresijos, durante el recorrido por Malahide te sentirás como un nuevo habitante. ¿Por qué? Aunque no puedas tocar ningún objeto y debas respetar todo lo que encuentres, cada estancia recrea cómo se vivía allí: juguetes de niños, relojes, textiles… Todo está tal cual lo usaban los miembros de la familia Talbot.

4. El Castillo de Swords: un lugar de culto

Castillo de Swords | ©Peter Gerken
Castillo de Swords | ©Peter Gerken

No todos los castillos se construyeron con fines militares, y si no espera a conocer la historia del de Swords. Su función fue la de alojar al primer arzobispo anglo-normando de Dublín allá por principios del siglo XIII. No obstante, su situación, su torre en el norte y su área amurallada le confirieron un aspecto defensivo. Otro de los aspectos que llama su atención es su planta octogonal. La entrada es gratuita, aunque solo abre de marzo a octubre.

Puesto que fue diseñado para una persona de iglesia, una de las estancias más interesantes es la capilla. Los expertos dicen que era el lugar privado del arzobispo, donde se retiraba a rezar solo. Después de él, el castillo fue habitado por protestantes neerlandeses.

Más allá de entrar al castillo, te recomiendo pasear por su parque. Quien dice pasear dice hacer un picnic o incluso jugar al tenis en una de las pistas habilitadas para ello.

5. El Castillo de Dalkey: una defensa imparable

Castillo de Dalkey | ©Virtually Iris
Castillo de Dalkey | ©Virtually Iris

¿Cómo se defendían los castillos? En tu visita a Dalkey podrás descubrirlo. Su castillo data del año 700 y, si sigue en pie, quizá sea por su sistema de defensa: lanzar objetos y líquidos calientes sobre el puente levadizo, cuando por él pasaban los enemigos.

Mi consejo es que lo visites para conocer esta y más historias. La entrada cuesta aproximadamente 8€.

El castillo se encuentra en el pueblo de Dalkey, a solo 16 kilómetros de Dublín. Lo bueno es que está cerca del mar, por lo que si subes a la torre del castillo tendrás unas bonitas vistas de la costa irlandesa. Durante el recorrido también podrás acceder al Centro de Patrimonio.

Quiero volver a insistir en que visites este castillo, porque es todo un espectáculo. Puede parecer pequeño y que no merece la pena, pero un par de actores interpretan escenas de la vida cotidiana de las diferentes personas que pasaron por él (cristianos, vikingos, nobles victorianos…), por lo que te resultará muy entretenido e informativo.

6. El Castillo de Maynooth: el hogar de los poderosos

Castillo de Maynooth | ©Permia
Castillo de Maynooth | ©Permia

El poder del Castillo de Maynooth fue evidente durante el siglo XIV. Allí habitó la familia Fitzgerald, es decir, los condes de Kildare. Algunos miembros de esta estirpe, como Garret Mór, gobernaron en Irlanda varios años en nombre del rey inglés. Sin duda, su Gran Salón fue el escenario donde se negociaron múltiples políticas. Lo mejor es que la entrada es gratuita.

Cuenta la leyenda que los Fitzgerald, bajo la aprobación del rey de Inglaterra, trataron de atacar Dublín. Al parecer, la ofensiva no fue bien y, como resultado, el mayor damnificado fue su castillo. Esta es posiblemente la razón de que cuando vayas parezca más pequeño de lo que en realidad fue. Piensa que la torre, que es lo único que se conserva totalmente, fue la más alta y grande del país.

¿Te han entrado ganas de saber más sobre el castillo y de los Fitzgerald? No te preocupes, en su interior hay una exposición permanente que realiza un recorrido por su historia. Cuando salgas, nada como disfrutar también de la vegetación, tan bien cuidada, que lo rodea.

7. El Castillo de Howth: una leyenda y una pirata

Castillo de Howth | ©JP
Castillo de Howth | ©JP

Howth es uno de los lugares más bonitos de la zona, por eso te recomiendo reservar una excursión a Howth desde Dublín para ver todo lo que hay en este pueblo de pescadores. Sin lugar a dudas, una actividad que tienes que hacer sí o sí es visitar el Castillo de Howth.

Son muchas las leyendas relacionadas con él, aunque tengo que avisarte de que, por los altos costes que tiene mantenerlo, no tiene muy buen aspecto. Lo peor es que solo se puede acceder a su interior los domingos y solicitándolo antes a través de su web, ya que sigue siendo residencia de la familia Gaisford St. Laurence.

A pesar de que entrar no siempre es posible, sí que puedes caminar por el exterior. El acceso es libre y te servirá para hacerte una idea de cómo se vive allí (por todo lo alto, como puedes imaginarte). Toda la parte de fuera además se aprovecha de manera más pública y suelen organizarse talleres de cocina.

Ojo, hay una leyenda que dice que sí se puede entrar al interior del castillo. Al parecer, una temible pirata, Gráinne O'Malley, se presentó una noche de 1576 en el castillo de Howth para pedir provisiones. Los señores le dijeron que no, que estaban cenando y no querían que se les molestase.

Como respuesta O’Malley atacó el castillo, secuestró al heredero y, para soltarte, le hizo prometer que cada día se colocaría un plato extra por si algún invitado venía sin avisar. En la actualidad el castillo mantiene la promesa. ¿Por qué no ir a comprobarlo?

8. El Castillo de Ardgillan: un entorno natural

Castillo de Ardgillan | ©Vasiok1
Castillo de Ardgillan | ©Vasiok1

El Castillo de Ardgillan es una gran casa de campo, localizada a solo una hora de Dublín. Se encuentra en uno de los Parques Regionales del Condado, por lo que prepárate para mucha naturaleza y unas vistas increíbles.

Si accedes al interior (el precio es de aproximadamente 12€), podrás ver las habitaciones de la planta baja y las cocinas, que están también abiertas al público.

Te sorprenderá la decoración, de estilo victoriano, además de que podrás ver las exposiciones temporales que se organizan además de la de mapas, que es permanente. Lo bueno es que también podrás bajar al sótano del castillo, donde estaban las dependencias del servicio; siempre es interesante conocer los dos mundos que convergían en un castillo.

Por supuesto, no puedes perder los exteriores. Desde su impresionante jardín podrás contemplar mucho mejor la arquitectura del edificio.

No te creas que el Castillo de Castillo de Ardgillan lleva mucho tiempo recibiendo visitas. De hecho, solo lo hace desde 1982, cuando el condado de Fingal consiguió la propiedad del terreno. Antes, hasta 1962, perteneció a la familia del reverendo Robert Tayly, su primer habitante.

9. El Castillo de Kilkenny: una mezcla de historias

Castillo Kilkenny | ©bgwashburn
Castillo Kilkenny | ©bgwashburn

Lo primero que te llamará la atención del Castillo de Kilkenny es la cantidad de estilos arquitectónicos que mezcla. La razón es que a lo largo de su historia ha sufrido ataques, invasiones y reconstrucciones, siendo su aspecto un reflejo de todo ello.

El precio de la entrada es de aproximadamente 8€, y te recomiendo mucho comprarla para conocer el largo recorrido que ha tenido.

Uno de los aspectos que más visitantes atrae (miles cada año) es su exquisita y lujosa decoración. De estilo victoriano, podrás ver las habitaciones, el mobiliario y los objetos tal cual eran, ya que se ha realizado un preciso trabajo de restauración. Sobre todo, maravillan su biblioteca, la galería de cuadros (y su imponente chimenea) y la sala de baile.

Si eres más de disfrutar al aire libre, tendrás espacio para hacerlo durante tu visita al castillo de Kilkenny. Sus exteriores conforman amplios jardines que James Butler, uno de los propietarios del castillo en el siglo XVII, ordenó construir. Ahora son muchos deportistas los que acuden a ellos para entrenar, además de familias y grupos de amigos que buscan algo de tranquilidad.

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10. El Castillo de Kilkea: un hotel real

Castillo de Kilkea | ©Camila
Castillo de Kilkea | ©Camila

Tu visita al Castillo de Kilkea puede convertirse en una estancia. Así es, este lugar, que fue construído en la Edad Media por los condes de Kildare, es hoy en día un hotel de lujo. Está claro que pasar una noche allí no siempre es una opción (el precio es de aproximadamente 145€), pero puedes acercarte para caminar por sus más de 180 hectáreas.

Durante tu visita (o tu estancia) te acompañarán “Bluebells”, árboles típicos de allí. Si viajas a Dublín en primavera, tendrás la suerte de verlos florecer con sus diminutas campanillas lilas.

Lo curioso de Kilkea es que es uno de los pocos castillos habitados que hay en Irlanda, y eso que lleva en pie desde 1180. Lo mandó edificar Hugh de Lacy para Walter de Riddlesford, un noble normando. Este hombre tuvo un papel clave en la invasión de Irlanda por parte de los normandos.

Consejos para visitar los castillos de Dublín

Castillo y jardines | ©William Murphy
Castillo y jardines | ©William Murphy

¿Ya has elegido el castillo (o los castillos) que vas a visitar? Cada uno tiene su encanto y, dependiendo de tus intereses o disponibilidad, habrá algunos que llamarán más tu atención. Termines yendo a uno o a varios, quiero compartir contigo unos consejos para tus visitas.

  • Reserva las entradas con antelación: Dublín es famosa por tener muchos castillos, como ves, así que suele haber bastantes visitantes (especialmente en temporada alta) y, a veces, por el carácter histórico o incluso privado de algunos, el aforo está restringido. Para asegurar tu acceso, compra el ticket con tiempo.
  • Revisa los horarios: no solo los de apertura, sino también las épocas en las que hay visitas y los castillos están abiertos. En ocasiones, por labores de mantenimiento, algunas fortalezas no están disponibles para el público. Por lo general, toda esta información se puede consultar en la web de Heritage Ireland.
  • Intenta ir en primavera o verano: no hay mala época para visitar los castillos de Dublín, pero sí que es cierto que la mayoría cuentan con preciosos exteriores que se disfrutan más y mejor cuando hace buen tiempo.

Como ves, en tu viaje a Dublín no te faltarán castillos para visitar. ¡Estoy deseando que me cuentes a cuáles vas finalmente!